La Boda Ferpecta

Casi todas las mujeres desde pequeñas,  soñamos con nuestro gran día. Que el vestido blanco, que el primer baile, que las fotografías…  Nuestra boda aparece en la mente desde mucho antes de conocer a nuestro príncipe azul. Soñamos con el día perfecto, en el que todo es risas, besos y felicidad y nada puede salir mal.

La noticia chicas, es que esto casi siempre ocurre en la imaginación y la boda perfecta no existe. La realidad de las bodas es muy diferente y en casi todas las ocasiones, el estrés que se maneja puede  hacer salir de casillas a quién está trabajando en ella, sea una Wedding Planner, una persona de confianza o la misma novia.

Que los meseros no han llegado, que se fue la luz, que los pajecitos después de varios meses de hablarles y ensayarles una y otra vez el protocolo de la ceremonia; les dio pánico escénico… En ese momento donde pensamos que nada podría salir peor, nuestro día soñado, nuestra fecha memorable, nuestra muestra máxima de felicidad,  se desmorona ante nosotros como un castillo de naipes.

Y ahora? Miles de pensamientos nos pasan por nuestra mente y hasta un par de momentos en blanco que no ayudan para nada.

Alguna vez le pregunté a una amiga ¿qué sería lo que cambiaría de su boda? Y me dijo: el estrés. Todo salió como debía, incluido los errores. Entendí que todo tenía que pasar como pasó y que las cosas perfectas, como las que no lo fueron tanto, hacían parte de ese momento y ahora veo que el estrés era opcional. La boda perfecta no existe, me dijo. Pero si con todo y errores el proceso se disfruta al máximo, será, finalmente, el gran día de tu vida.

Muchas veces las novias estamos tan involucradas en el proceso del “Cómo”, que nos olvidamos de vivir y disfrutar. No se trata de dejar todo al azar, la clave está en entender que hay cosas que simplemente ocurren porque tienen que ocurrir.

La boda perfecta no existe, es verdad; pero en nosotras está tomarnos todo con serenidad y no dejar que nada nos opaque nuestra mayor felicidad.

Y si llueve? Tenemos dos opciones, o nos encerramos a llorar o bailamos bajo la lluvia!

Tres tips para que la migraña no sea quien se case en tu lugar:

• Contrata a una Wedding Planner o ten una persona encargada de resolver los pormenores que se vayan presentando el       día D.
• No dejes al azar lo que pudo haberse planeado con anticipación.
• Confía. Si te tomaste el tiempo de contratar a los proveedores que están prestándote sus servicios el día de tu boda; es porque son la mejor opción que pudiste elegir. Haz que realicen su trabajo como solo ellos saben hacerlo.

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Escrito por: Paula Alzate

Wedding Planner y Asesora de Novias para Casa Solórzano